Hace poco se puso en marcha la
nueva reforma educativa en nuestro país,
que para ser honestos coincido con muchos, se trata de una reforma laboral para
los docentes, sin embargo este no es el
tema central de este artículo. Tristemente
he visto en algunas aulas lo descuidado que tienen, los profesores y
directivos, el equipo de cómputo e incluso algunos planteles aún no están equipados
con esa tecnología. Estamos viviendo en la era digital que avanza pasos
agigantados y acelerados, somos parte de una sociedad de la información y conocimiento,
donde el docente pasa a hacer un facilitador del aprendizaje. Por tal motivo, estoy
en contra del freno tecnológico que obstruya la capacitación, el conocimiento, y el
desarrollo profesional de los educandos.
El pretexto no es la falta de capacitación
de los facilitadores, que por cierto se ha hecho arduamente, sino el compromiso
de aprovechar estas bondades tecnológicas en su currículo con el fin de lograr
un aprendizaje más significativo para el educando. Se rehúsan a utilizarlas,
persiste la resistencia al cambio, la falta de tiempo, miedo o simplemente el no
querer hacerlo por pensar que es una pérdida de tiempo. Incluso los algunos padres de familia se molestan porque se envían a los hijos con tareas teniendo que utilizar la tecnología. Aun los docentes continúan con el método tradicional, a pesar de la infinidad de cursos de capacitación, donde las pizarras electrónicas y algunos libros
luchan por sobrevivir mientras que las aulas de cómputo, proyectores, scanners, audífonos, micrófonos, entre otros se encuentran empolvados o quizá se encuentren limpios con algún letrero “NO
MOVER”. Y cuando por fin logran los educandos entrar a laboratorio de computo, se restringe
el uso de dispositivos USB y redes sociales. Pareciera que es más fácil así,
contener el rezago tecnológico fomentando “inconscientemente”
el alfabetismo digital. Si conocieran realmente el potencial de las redes
sociales, tendrían una herramienta valiosísima para el acercamiento de los
jóvenes a los currículos propuestos, pero también, este es otro tema. El
verdadero problema radica en el cómo aplicar las TIC´s (tecnologías de la
información y comunicación) dentro de
las aulas.
Nos enfrentamos a un cambio de paradigma, al reto de poder
adoptar, fomentar y promover el buen uso de las TIC´s. Miles de escuelas se han dotado de equipo tecnológico, y como ya lo mencione, se han hecho cientos de cursos de capacitación
a los docentes, pero no confundamos el término de “dotar” con “fomentar”. Ha
faltado motivación hacia y de los facilitadores, de políticas públicas
que permeen de estos conceptos y bondades a nuestra sociedad, continuar
aniquilando el alfabetismo digital y seguir con el plan de equipamiento tecnológico
a todos los planteles educativos del pais. Tenemos el compromiso de encaminar a las nuevas generaciones con la
propuesta tecnológica, que seguramente abrirá las fronteras del conocimiento.
Basta con romper el miedo a este paradigma y reconocer que es una oportunidad
para fortalecer nuestras competencias educativas o acaso ¿quiere ser usted un facilitador
obsoleto?
Mi admiración y respeto a todos aquellos docentes que entregan su energía, pasión y amor en la incansable lucha por erradicar cualquier tipo de alfabetismo.
Con aprecio para Miguel Ángel Tabares
Excelente artículo; un facilitador del aprendizaje es el que conduce, guía y orienta a todo sujeto que desea superarse en la vida, entre otras cosas es aquel que realiza su trabajo con amor y entusiasmo para sacar adelante a su país, coadyuvando la educación en las sociedades que están desprotegidas en la nueva era de la tecnología digital; como es el uso de las computadoras y la internet.
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