Desde que despertamos hasta que dormimos hacemos elecciones. Desde qué ponernos de prendas en la mañana hasta la hora de ducharse por la noche. Elegimos el tipo de saludo por la mañana. La postura de nuestra silla en la oficina. La hora del lonche. Incluso elegimos con que actitud nos levantaremos. En el momento de abrir nuestra conciencia o dicho de otra manera abrir los ojos por la mañana, nuestra mentalidad positiva radica en el primer pensamiento. Mucho antes de tocar el suelo, no importa si es el pie izquierdo o derecho. “Hoy será un gran día” – declaramos. Y por arte de magia llegara ese día, otros lo conocen como la ley de atracción. Deseamos y elegimos las cosas que queremos que sucedan. Incluso funciona para los supersticiosos que creen que porque es viernes 13 o pasar por debajo de una escalera incluso por aquel pobre animal, el gato negro que se cruza, lo maldecimos. Pensamos, “Esto no pinta nada bien”. Efectivamente, al transcurrir el día. Nada pintara bien. Pues lo declaramos de esa manera.
Hace tiempo leí un buen libro llamado tus Zonas Erróneas de Wayne Dyer, muy leído por cierto. Trata sobre eliminar aquellos pensamientos que no nos dejan desarrollarnos pero sobre todo que obstruyen la llegada de la plenitud. Debo de confesar que el intentar cambiar de mentalidad, es decir, modificar nuestros pensamientos es un trabajo de a diario, pero sobre todo, de “atrapar” aquellos pensamientos negativos y suplirlos por positivos. Un ejemplo práctico a esto es cuando vamos a pronunciar alguna palabras en público, que para muchos nos aterra, comenzamos a imaginar todo el DESASTRE que puede pasar. El equivocarnos, tropezar, hacer el ridículo, olvidar el discurso, en fin. Sentimos pánico, ansiedad y angustia. En ese momento debemos de elegir salir de aquel ridículo pensamiento, digo ridículo porque es de humanos equivocarse. ¿Qué puede pasar? Si todos somos humanos. Es una buena justificación. Si el poder del pensamiento nos hace sentir malestares. ¿Por qué no utilizarlo para sentir bienestar?. Llamar lo bueno atrayéndolo como imán. Respirar y declarar “ todo está bien, muy bien!” hasta podemos agregar “¡me divertiré a lo grande!”. Tal vez te equivoques, pero no te detendrá. Tal vez te tropieces pero seguirás. Y al final terminaras con una sonrisa de satisfacción.
Somos tan místicos que no nos alcanzaría una vida para comprenderla. Sin embargo todos los días están llenos de enseñanzas. La mayoría de ellos parecerán iguales. Pero no lo son. Solo que estamos tan adormilados y no nos percatamos que suceden cosas maravillosas. Aunque la vida transcurra en el exterior, nuestros pensamientos revolotean sin cesar. Elige despertar. De ahí radica la percepción de nuestro mundo. Algunos días son grises. Otros días llenos de matices y colores radiantes. Este último es la antesala de la plenitud. Un paraíso terrenal que está al alcance de nuestro espíritu revelar. Para ello, una de las claves para elegir bien, en este mundo que tan deteriorado esta, es el amor. Elige el aceptar quien eres cambiando aquellas cosas que puedes cambiar. Esforzarte por alcanzar aquellos sueños que previamente elegiste factibles de lograr. No caigas en banalidades. Y cuando comprendas que es el amor podrás darlo sin restricciones valorando tu entorno. La sonrisa del niño. Lo verde de los árboles. La textura de las nubes, los cerros, lagos. El brillo del sol que se asoma por la mañana y se esconde al atardecer.
No estés a la defensiva. No te ensañes con tu propia vida. Dios sin lugar dudas tiene un plan maestro. Elige ser libre de todas aquellas cosas que no te dejan ver más allá y comprender que la vida es una. Toma el control del barco. El rumbo tú lo fijas. Más adelante puede ser que cambies de opinión pero estarás satisfech@ por las decisiones que has tomado. Aprende a disfrutar de las pequeñas cosas y no busques explicación. Solo suceden y si son buenas, abrázalas. Es como el amanecer en una mañana fría mientras el sol te abraza con sus rayos que cuelan por tu ventana. En ese momento no estás pensando, de que está compuesto el sol, de qué tamaño es, del por qué brilla, que si algún día se apagara, ¡No! Eso no piensas! Eliges dejarte abrazar y disfrutarlo hasta el atardecer, hasta el final.
¡Hoy elijo vivir una semana llena de retos y alegrías! de hecho… ¡este día es genial!
Me da gusto que lo primero que mis ojos leyeron hoy fue esta entrada. ¡Es totalmente cierto! abriendo los ojos uno ya sabe cómo pintará el día, o más bien uno ya dicta cómo serán lás próximas horas. A veces, hay elecciones que más vale tomar con arrojo y certeza. Otras más me ha convenido tomar como quien se sienta en la orilla del mar, dejando que las olas lo hagan trizas a uno, lo rueden y lo escupan fuera del oleaje; o bien, en el mejor de los casos, le acaricien apenas las piernas las aguas mansas y claras.
ResponderEliminarMe gusta tu forma de ver la vida. La congruencia debe ser una lucha constante en tu vida diaria. Y eso se nota. Muchas felicidades por este, blog. Pero sobre todo que tienes la amabilidad de compartir tu sentir.
ResponderEliminarmi querido amigo sam, siempre me sorprendes!. Que padre estar tan activo como tu. Pero sobre todo creativo. Enfocado en hacer el bien a los demás. Típico de ti. Sigue así!
ResponderEliminarAlexssandra.
tu artículo tiene muchas enseñanzas, k son sencillas, pero a veces estamos tan abrumados, k no nos damos cuenta de como nos complicamos la vida, gracias x despertarme de mi letargo, a partir de hoy veré la vida diferente, fué demasiado oportuno para mí, de vdd, gracias!!
ResponderEliminarMary Barron