Gran parte de nuestro territorio nacional se ve afectado por los prematuros embarazos no planeados y enfermedades de transmisión sexual (ETS) en los adolescentes. El gobierno, a través de sus diferentes dependencias, se ha encargado de combatir este problema de salud publica, por medio de talleres, conferencias y entrega de condones dentro de los planteles educativos. El IMSS ( instituto Mexicano del Seguro Social) cuenta con todos los métodos existentes a nivel mundial, tanto hormonales, orales o inyectables, además de implantes, dispositivo (DIU) y practica de métodos definitivos, como la salpingoclasia y la vasectomía. Todos estos servicios se otorgan de forma gratuita y pueden ser solicitados directamente en el IMSS o en las campañas que llegan a tu colonia como la “Semana de la Salud” o “Es tu vida, es tu futuro, hazlo seguro”, esta segunda cuyo principal objetivo es reducir las tasas de embarazos de niñas y adolescentes. Estas acciones tienen como propósito promover una cultura de prevención. Sin embargo, no ha sido suficiente, las estadísticas así lo revelan. A los jóvenes además de preservativos les hace falta herramientas para fortalecer el manejo de sus emociones, pilar fundamental para el sano desarrollo de cualquier ser humano.
En México, se estima que cada minuto una adolescente se convierte en madre, lo cual significa que al año prácticamente hay en el país medio millón de embarazos en jóvenes menores de 19 años, incluso de niñas de sólo 10 años. No por nada, nuestro país es el primer lugar en latinoamerica de embarazos no planeados. Estas adolescentes no solo truncan temporal o permanentemente su educación, sus sueños y anhelos; sino también, se enfrentan a graves problemas de salud, incluso a la muerte perinatal y por si fuera poco, la sombra de la desigualdad económica las persigue. A pesar de la información y capacitación de algunas de estas adolescentes, deciden prematuramente aventurarse en este nuevo reto y cuando deciden "regresar" ya es demasiado tarde. La incertidumbre las agobia y en algunos casos su pareja las abandonan, por miedo a la responsabilidad, por la cobardía de aceptar las consecuencias o simplemente por no saber manejar sus emociones. Al fin de cuentas nadie les enseño. Lo que si le enseña la sociedad es ese machismo que se rehúsa a disiparse, donde el ponerse un condón significa “no se siente lo mismo”, donde se pide “la prueba del amor” y sino la obtienen, dejan la relación justificando su falta de amor por él. Una forma de chantaje que aun tiene vigencia. Entre muchas otras barbaridades.
Las y los adolescentes al salir de sus hogares, se tienen que enfrentar a un mundo de nuevas experiencias, chantajes, engaños, amores y desamores surgiendo las primeras inundaciones emocionales. Es ahí donde se ponen a prueba sus herramientas para enfrentarse a estas adversidades, herramientas que por lo regular son débiles, por la falta de experiencia en el “mundo exterior”, pero sobre todo porque nadie se encargo de enseñarles a reconocer y hacer "suyas" las emociones para encontrar el equilibrio entre sus intereses personales, humanos y sociales. Esta tarea no es fácil, a diario nuestro ser es bombardeado por un mundo de emociones, tristeza, odio, ansiedad, alegría, euforia entre otras. Ese es el reto de los padres y docentes lograr que el joven se sienta en conexión con el mismo y con su mundo, en otras palabras dotarlo de un sentido de pertenencia dando como resultado, una vida mas consiente, con compasión y empatía por los demás.
Aquí la autoestima juega un papel importantísimo que contribuye irremediablemente a reconocer el amor que habita en nosotros, en el autorespeto y la valentía para enfrentar con determinación las adversidades de la vida. Hablar de sexualidad, anticonceptivos, ETS y embarazos no planeados son términos que no resuenan, ni trascienden en el momento de tomar la decisión al estar con alguien en la intimidad, ahí donde las emociones se desbordan y el amor pasional los engaña. No se trata de inhibirse, mucho menos reprimirse, sino hacer suyas las emociones. Tenemos como misión enseñarles a los adolescentes el reconocer el verdadero amor y no solo basarnos en descripciones fisiológicas, el amor va mas allá, esta presente en una mirada sincera, en un largo abrazo, en las palabras de aliento, en aceptar los defectos del otro, en escuchar, en el atardecer, en el respeto por la naturaleza, en crecer juntos en las situaciones difíciles de pareja, en fin en muchas otras cosas que nos privamos al querer pretender que el sexo lo es todo.
Hacer suyas las emociones traerán por añadidura mejores momentos consigo mismos, enfrentaran adecuadamente el amor y el desamor aprovechando estas experiencias para el autoconocimiento y el desarrollo personal. Explicar el sexo desde esta perspectiva emocional ayudaría a los jóvenes a darle la relevancia que tendrá su futuro en pareja. Al poner atención a las emociones, quizá dos cosas puedan pasar, que bajen las estadísticas de los embarazos en las adolescentes y de ETS y por otra parte, traer al mundo hijos planeados en el momento adecuado abrazados por padres plenos y conscientes de tan bella contribución a la especie humana. En otras palabras como lo cita Elsa Punset en su libro Brujula: “El sexo en su expresión más plena, es la expresión física del amor”.
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