La tecnología está en constante evolución, nuevos proyectos nacen y otros mueren en la obsolescencia. A lo largo de mi
vida profesional he visto desfilar diferentes dispositivos tecnológicos como el diskete, un medio de
almacenamiento de apenas 1.4 MB que tuvo su
gloria por la gran capacidad que ofrecía. Hoy en día esa capacidad no es suficiente para la enorme cantidad de datos que generamos entre imágenes,
documentos, sonidos y videos. Ahora los unidades flash o mejor conocidas como las memorias USB han
venido a sustituir no solo a los diskettes sino también a los CD y DVD’s. ¿Qué
decir sobre la mensajería instantánea? aquella frase célebre “ya estás en el chateadero” haciendo alusión a las pláticas
por medio del internet. Para muchos una forma de comunicación mientras para
otros un nuevo ocio digital. Entusiasmados por esa moda tecnológica rápidamente
nos dimos de alta en los diferentes servicios de mensajería instantánea como
ICQ, Yahoo mensseger, Hotmail Messenger, por citar algunos. Varios de estos programas siguen luchando por su permanencia en la preferencia de los internautas.
Para contactar algún amigo o conocido bastaba con decir: pásame tu Messenger para mandarte la invitación.
En los lugares de trabajo,
escuelas, oficinas o cualquier otro empleo donde hubiera una computadora con
acceso a internet, se podía observar las ventanas típicas del chat y que decir
sobre las alertas sonoras que avisaban de un nuevo mensaje, inclusive
las hicieron tonos para celular. Pasábamos horas conectados en el trabajo y al
llegar a casa, apresurados abríamos sesión para continuar con nuestra cibercharla.
Esta moda prolifero rápidamente y cada vez más personas estaban conectadas. Nuevas
funciones se agregaban periódicamente desde mandar un archivo hasta jugar en línea,
video conferencias o tomar el control de otro equipo de cómputo de algún amigo
que lo solicitara. Grandes historias se contaban en privado y otras pocas en
grupos. El objetivo de la mensajería instantánea es simple, mantener en línea a
los usuarios el mayor tiempo posible. Al final todo se salió de control, los
empleados descuidaban su trabajo, los jóvenes perdían horas de
estudio. Los administradores de centros de cómputo comenzaron la tarea de
bloquear los accesos a este medio. Sin embargo esta disposición nunca fue ni ha
sido suficiente, descubrimos nuevas formas para conectarnos burlando la
seguridad de nuestra área de trabajo. Llegaron los primeros despidos, castigos
y sanciones por no respetar el NO USO de esta tecnología. Sin lugar a dudas, este
es un problema de cultura, de educación.
Ahora con la llegada de Facebook y los teléfonos inteligentes (Smartphone) lejos
de erradicar el problema parece agravarse cada vez más. Ahora los cibernautas no
solo pasan más tiempo en el chat sino también
publican contenido y se actualizan de las “vidas” públicas de sus contactos. Incluso
algunos empleadores buscan indicios dentro de nuestros perfiles para
descartarnos como aspirantes de alguna vacante disponible. Nuestra percepción de
la vida ha cambiado. Todo lo estamos llevando al terreno virtual. Creemos tener
más “amigos” en Facebook. Las nuevas generaciones son incapaces de crear
relaciones afectivas en el plano fisco. En algunos ayuntamientos han ordenado las
restricciones para evitar la utilización de las redes sociales de sus
funcionarios en las jornadas de trabajo.
Lamentablemente no hemos aprendido la
lección. Ignoramos el buen uso de la tecnología y abusamos de ella. Como
resultado, no solo el gobierno y los patrones están bloqueando los accesos a esta plataforma, sino también los
centros educativos. Frenar los avances tecnológicos no servirá de nada. En
cambio, fomentar el desarrollo tecnológico y social del individuo conllevara a la
evolución como sociedad del conocimiento. Todos podemos hacer algo, crear
contenidos de calidad, saber respetar los horarios de trabajo, aplicar prioridades,
ser disciplinados, definir tiempos y tareas dentro de las redes sociales, entre
otras cosas. La próxima vez que escuches “pásame
tu face” sabrás que tú también eres responsable de este cambio.
Excelente artículo, en lo personal uso las redes sociales como el facebook de una manera ocio al cambiar la tv por una red social, pero cada uno de los sujetos son responsables del buen y mal uso en el que se emplee esta herramienta tecnología en la sociedad.
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