Dos ruedas, un par de pedales, un marco metálico y un volante son los elementos que en conjunto pueden
hacerte vivir grandes aventuras, llevarte a lugares inimaginables, disfrutar del aire fresco, conocer nuevas
personas y experimentar la libertad gracias a su autonomía. Es increible como produces alegría con tan solo
hacer girar ese par de ruedas con la fuerza de tus piernas y el entusiasmo de tu corazón. Ya te podrás
imaginar de que artefacto hablo, la bicicleta.
La Baika, Bici, Birula, Bicla, Rila, Cicla, Burra, Nave, como quieras llamarle, es un invento que ha perdurado a
través de los siglos gracias a su simpleza y a los multiples beneficios que nos ofrece. Además de medio de
transporte, la bicicleta alivia muchos de los males de la humanidad como lo son el estrés, la contaminación, el
sedentarismo, la obesidad entre otros. Los Expertos de la salud recomiendan usarla regularmente para el
cardio , la concentración, tonificación muscular, la relajación, la buena digestión y cargarnos de nueva energía.
Por si fuera poco, la bicicleta nos conecta con la naturaleza y nuestra comunidad. Mientras paseamos nos
damos cuenta de las virtudes y carencias de nuestra ciudad, nos sensibiliza con su gente y reafirma nuestra
identidad cultural. Estamos más atentos que percibimos más olores, sonidos y colores. Además, ahorramos
dinero y protegemos el medio ambiente. Incluso, los maravillosos atardeceres laguneros no pasan
desapercibidos. La bicicleta es como si fuera una válvula de escape de esta vida tan sofisticada y moderna
donde su vorágine nos limita y adormece la mayoría de nuestros sentidos.
Existen gobiernos que fomentan su uso a través de eficientes políticas públicas, tal y como lo hace
Amsterdam, Holanda, donde sus 75,000 habitantes, el 75% posee una bicicleta y un 50% la usa diariamente
para movilizarse. Para alcanzar estas cifras, se implementaron ciclovías en casi el 90% de su territorio.
La bicicleta nunca pasará de moda, es un invento que ha perdurado por siglos desde su aparición en 1817 por
su creador, el barón alemán Karl Christian Ludwig. Es el vehículo del presente y el futuro. Sin lugar a dudas,
esté humilde artefacto seguirá sacando millones de sonrisas a quien se aventure a montarlo. Atrévete a dar un
paseo en familia, descubran los rincones de su ciudad. Seguro se enamorarán.
Para que quiero coche si tengo #bicicleta para rodar
Sam Arroyo
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