Muchos de nosotros, en alguna etapa de nuestra vida, hemos vivido el desamor y la tristeza profunda por la perdida de nuestra pareja. Aquel amor, romántico egoísta y dependiente que invade nuestro ser. Sentimos que el mundo se acaba, que nos arrebatan parte de nuestra vida, nuestra media naranja nos abandono y nos sentimos profundamente decepcionados de la vida. El mundo se torna sin sabor, sin color. Los días consecuentes son grises y sin alegría. No terminamos por aceptar lo que un día fue, no sera más. En algunos casos, existirán cuadros graves de depresión donde se manifestaran enfermedades psicosomaticas, desnutrición, violencia, apegos sustitutos como el alcohol y/o drogas hasta llegar atentar contra la vida misma.
Mientras tanto los medios de comunicación, las canciones, novelas, los famosos «talk shows», las redes sociales y la misma sociedad nos bombardea con ideas falsas de lo que NO es el amor. Nos venden un «producto» totalmente desconceptuado, pretendiendo continuar con el engaño. Nos presentan escenarios tan «comunes» que son similares a nuestra vida; y lo peor, nos dan soluciones erróneas que terminaras por aceptar que lo que te pasa es algo normal. Los comerciales que te fomentan un concepto distorsionado de belleza. Las novelas donde el machismo y el sometimiento a la mujer aparecen como sucesos cotidianos. Que decir de las canciones de «dolor», aquellas que fomentan la dependencia emocional, «si te vas de mi lado, muero en vida» «mi vida eres tu y solamente tu» «tu mi complemento, mi media naranja» nacimos completos y felices, esa es una hermosa verdad. Sin dejar atrás los famosos memes que circulan en las redes sociales fomentando el odio y la rivalidad del genero. Entre estos mares nadamos hacia la incertidumbre y la pobreza emocional. Y pareciera que nuestros «amigos» estuvieran de acuerdo. Quizá porque ya han estado en ese lugar. Al fin y al cabo nadie nos enseño amar
Pedimos ayuda a nuestras amistades más cercanas para que, egoístamente, carguen un poco de nuestra tristeza, de nuestro miedo, angustia y ansiedad. En esos momentos lo que importa es descargar nuestras emociones sin importar lo que él otro venga cargando en su vida. Solo nos interesa ser escuchados. Con un poco de suerte, nos toparemos con la luz de una opinión asertiva; sin embargo, al poco tiempo la dejaremos de lado, porque simplemente no nos convence el renunciar/despegarnos a nuestra actitud, a la persona "amada". Llegamos a la necia conclusión de «todos están mal, menos yo. Nadie me entiende» ¿entonces para que rayos pedimos opiniones? Más tarde nos daremos cuenta que entre nuestras amistades y en la propia pareja no estaba la solución, sino dentro de nosotros.
Pensamos que el amor es una especie de adicción, el apego una característica normal. El sometimiento de la pareja un derecho. Entre otras cosas, también pensamos que el desenamorarse es una decisión; sin embargo, es todo un proceso donde descubriremos al final que no se trataba de aquel amor que nos vendieron sino de una dependencia afectiva porque no concibió la vida sin esa fuente de seguridad y/o placer. En otras palabras es miedo al abandono. Recuerda que el amor es ausencia de incertidumbre, solo existe y rechaza cualquier complot contra su libertad de expresión.
Aprendamos a perder, a ser libres. A madurar emocionalmente para reconocer las emociones que nos mantienen en armonía y en equilibrio con nosotros mismos. No podemos dar ni conocer el amor sin antes respetarnos y nutrirnos del propio amor que emana de nosotros. Todo lo demás llegara por añadidura. Aunque te enfrentes a la difícil decisión, no significa que no dolerá; al contrario, te perturbara y reinara temporalmente el desorden emocional. Enfrentar la perdida y no dejarse llevar por el egocentrismo del «pero si yo te amo» «no es justo, tanto tiempo y terminar así» «tengo que gritarte todo lo que siento antes de que te marches para siempre de mi vida» entre muchos mas ejemplos, que solo demuestran una inmadurez semejante a las patadas y rabietas infantiles para conseguir que nos compren aquel juguete amado. En el fondo solo pretendemos no ser abandonados y continuar con el apego y dependencia.
Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en el SER AMADO, y no en AMAR, no en la propia capacidad de AMAR. Piensa un momento cuando vayas a decir "¿por qué te vas? si yo te quiero". El amor es arte, el sentimiento universal de nuestra existancia, desarróllalo, vívelo y déjalo libre.
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