“La palabra de Dios funciona y es más poderosa que una espada de dos filos”
Nuestra sociedad y la fe se ven
corrompidas al depositar nuestra confianza en el ocultismo, con el objetivo de
sacarnos de algún apuro, mejorar nuestra calidad de vida o bien para poner en
apuros a otros. En México la magia negra y blanca son algunas variantes que entre
los jóvenes se ha puesto de moda en los últimos años, debido a varios factores,
uno de ellos, sin lugar a dudas, es el acceso universal a la información, tal y
como lo hace internet. Esta actividad no es nueva, para muchos es un negocio
redondo mientras que para otros representa una esperanza de vida, una solución
a sus problemas inclusive solicitada para quitar del medio a personas que
obstruyen sus deseos. Lamentablemente, cada vez más jóvenes se adhieren a las
filas de la brujería, a los amarres y hechizos que están a la orden del día. Sin
embargo, la tendencia se inclina hacia los chamanes que practican la magia
negra, donde sus clientes van desde comerciantes que quieren acabar con el
negocio de sus competidores hasta alguna celebridad en busca de la muerte de su
pareja. Muchos son sus usos. Servicios que cuestan una dineral, incluso personas
han llegado a hipotecar sus casas para terminar sus trabajitos.
La magia negra es un hechizo, y
se define por la realización de maleficios ideados para producir infortunio,
enfermedades o cualquier otro daño. Existen en el mundo infinidad de lugares
donde se practica esta actividad, chamanes o brujos reconocidos mundialmente
hacen alarde de sus poderes controlando a todo aquel que crea en él. Precisamente, hace tiempo leí una investigación,
sobre algunas tribus gobernadas por poderosos chamanes que hacían morir a
cualquiera con tan solo sus palabras, cosa que realmente sucedida. Eran tan
fuertes sus palabras que lograban detener el corazón, pero era aún más fuerte
la creencia por quienes lo escuchaban que terminaban influenciados y
sugestionados. Ritos de muerte y locura
desenfrenaba adornaban las noches alrededor de la hoguera. Todos en la tribu
mostraban respeto al chaman de chamanes. De pronto, la investigación toma un
giro un tanto inesperado cuando un integrante del equipo de la producción reta
al chaman a que lo mate con sus poderes, cosa que nunca paso, por el simple
hecho que no creía, por tanto no influía en su mente, mucho menos en su cuerpo.
Visto de otra manera, el voluntario a la muerte NO murió porque no pertenecía a
la “tribu”.
Las personas optan por hacer este
tipo de actividad a causa de la desesperación por querer controlar las vidas
ajenas, incitadas por la envidia, la maldad o simplemente, por placer. Son personas
carentes de sentido por la vida, con corazones amargados donde el perdón nunca
ha llegado, seres privados de amor, sin pasión por la alegría y llenos
de hipocresía. En fin muchos adjetivos podría citar. A propósito, viene a mi
mente aquella frase que dice “la oscuridad es la usencia de la luz”, entonces podríamos
decir, la maldad se manifiesta debido a
la ausencia de bondad o en otras palabras, a la usencia de Dios. Sea cual sea tu postura, creencia, fe o tu
mentalidad no significa que no exista, el efecto que pudiera tener en ti depende
en gran medida de lo que quieres
creer. Si te has percatado, a nuestra humanidad le hace falta llenarla de
esperanza, amor pero sobre todo de fe. Al despertar siempre tendrás la
oportunidad de elegir entre ser luz u oscuridad para el mundo pero nunca las
dos al mismo tiempo.
Dios bendiga a todas esas personas que caminan en la oscuridad.
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