Ir al contenido principal

El mundo es como es

En esta prematura vida que llevamos, nos es difícil admirar los pequeños detalles, las señales que nos indican el mejor camino a seguir, incluso aquel que no debemos de tomar. La juventud esta tan adormilada e inconsciente que son pocas las personas que lograr desprenderse de los parásitos de la vida, llámense personas, malos hábitos, recuerdos, culpas y de más. A esta generación le cuesta mucho trabajo conocer el amor, o por lo menos permitirse enamorarse, tergiversándolo completamente; y cuando creemos que por fin llega la media naranja, juramos y perjuramos estar contemplando el mismísimo paraíso. Nuestro mundo se torna de color, elefantes rosas aparecen de la nada y deja de ser leyenda la historia de los sapos convertidos en príncipes. Desenfrenados comenzamos a consumir la idea de que el mundo gira alrededor nuestro. Caemos   en un vicio donde comienza la degradación de nuestra esencia. 

Estando en ese trance “babilónico” no nos importa nada, ni si quiera las sabias palabras de anciano. Nadie puede tener la razón, solo importa nuestra verdad. Saber elegir entre el bien y mal nos da lo mismo, sencillamente no apreciamos la balanza. Los días pasaran y muchos dirán, “es normal, tarde que temprano tropezara dándose cuenta que nada era como lo imaginaba”. El rompecabezas comienza a tomar forma. Encajaremos con la realidad con un amargo despertar. Tal vez sea el precio que debemos de pagar por ignorar aquellas señales que infructuosamente nos decían: cuidado. Frente al espejo de nuestras acciones veremos marchitados nuestros ideales, anhelos y sueños y todo por convertirnos en una triste sombra, en algún clon animado.

Pasado el amargo despertar, seguramente entraremos en el callejón de las lamentaciones, “por mi culpa, por mi gran culpa” o que tal esta “que estupid@ fui” .Desvaneceremos aún más la creencia de que existe el amor. Nuestro corazón bajara su temperatura y fríamente lo aceptaremos. El ánimo estará por los suelos mientras que nuestro organismo cobrara la factura. Enferm@ te ves – te dirán. Y nuevamente escucharemos aquella frase célebre “es normal ya pasará”. ¿Normal? ¿Dejar a un lado nuestro existir?, ¿nuestro derecho a ser felices? ¿A vivir una vida plena?, no permitas que sea normal, sacúdete de esa falacia o ¿cargaras toda tu vida con tus errores?

Saber elegir e interpretar correctamente las señales de la vida admirando los detalles que Dios nos otorga a diario, estaremos aún más cercas de llenar nuestro espíritu de amor. Lo demás llegara por añadidura, serás como imán, atraerás bellos momentos, realizaras tus sueños,  contaras alegrías, disfrutaras de tu familia, trabajo y amigos, pero sobre todo serás tú mism@, tu sonrisa será el símbolo de lo que pasa en tu interior. No permitas que nadie tome el control de tu vida, atesora tus sueños y supera todo obstáculo con optimismo. El mundo es como es, lo más hermoso es lo que nunca vez.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cavernicola digital

Dicen que cada día es una nueva oportunidad para despertar. Para reencontrar el camino y otras pocas para morir. Sin embargo, estos días he visto una estela de muerte, de flores marchitas. Definitivamente no es por el invierno sino por nuestra actitud hacia la vida. No existe el respeto. Mucho menos la esperanza. Vivimos en un mundo virtual, donde los horrores cotidianos están de adorno en algún lugar de nuestros muros. Pasan desapercibidos como si fuera algo normal. Leemos a diario los asesinatos, corrupción, actos de bullying, violaciones, enfrentamientos, en fin, un sin número de situaciones que lejos de ser erradicadas pareciera que nos aferramos a esas toneladas de basura. Nuestra percepción de la vida ha cambiado, gran parte debido a la tecnología que hoy consumimos. Estamos viviendo en una era virtual que poco a poco nos absorbe convirtiéndonos en lo que alguna vez fueron nuestros ancestros: Cavernícolas Percibo a la juventud, encerradas en sus cuevas con ventanas digita

Sin rueditas

Unos de los placeres que tengo, aparte de admirar los atardeceres, es andar en bicicleta. Me hace sentirme libre, recrea mi mundo, me convierto en un aventurero cuando ando por nuevos lugares. Descubro lo maravilloso que es mi ciudad mientras pedaleo lentamente. Me agrada sentir el cansancio en mis piernas después de una larga ruta. Sin embargo siempre me queda la sensación que aun quiero más. Es como si fuera una forma de expresar mis sentimientos, pensamientos y algunas veces mis frustraciones. Para mi resulta una buena terapia de relajación, una honesta conversación con Dios y conmigo mismo.  Una noche mientras regresaba a casa, recordé mi primera bicicleta. Era de un color “torna azul”, así la conocí por papá, hacía referencia al color porque en ciertos ángulos donde reflejaba la luz, pareciera que cambiara de tonalidad con una especie de destellos metálicos. Simplemente hermosa como ninguna. Era una bicicleta tipo freestyle, marca Fox si no más recuerdo, con sus protector

El Patito feo

Este relato trata de un cortometraje cruel y racista sobre un cisne que nace, por alguna extraña razón, junto a una cría de patos. Un clásico contemporáneo escrito por Hans Christian Andersen , donde la  vida prematura de un pequeño cisne es teñía de claroscuros. Desprecios y arrebatos recibía de su propia familia por ser físicamente diferente a ellos, haciéndolo sentir miserablemente feo. El adjetivo se lo adjudicó en la historia o por lo menos en la mayoría del cuento. El pequeño patito feo, como el autor lo nombra,  se veía desplazado por su “familia”. Su  autoestima  estaba por los suelos. Mi Reflejo no es hermoso como el de mis hermanos patos, es por ello que mi madre no me quiere , pensaba. Finalmente, la madre decide abandonarlo a su suerte. La historia no termina ahí, el patito tuvo que pasar aún más experiencias traumáticas, entre salvar su vida de depredadores y llevarse la desilusión de encontrar una “madre” de juguete flotando en un lago, de esos que usan los cazadores