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Esfuérzate sin morir en el intento

“¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo?” A todos nos ha pasado alguna vez, que cuando realizamos varias tareas al "mismo tiempo", terminamos por estresarnos, desgastarnos y frustrarnos. Comprendemos que es mejor hacer las cosas una a la vez. Nuestro cuerpo es sabio, te hará entenderlo. Comenzaremos a manifestar, dolores musculares, de cabeza, mal humor, agotamiento, estreñimiento, fiebre, refriados, entre otros síntomas. A pesar de estas señales, solemos pretender que somos superhéroes y que nuestra energía es, irónicamente, inagotable.   Quizá tenga que ver con nuestra educación, la formación en casa, las necesidades básicas o alguna frustración añeja, incluso algún cuadro de depresión. No lo sé. De lo que si estoy seguro, es que a veces tenemos que poner el freno, saber cuándo es suficiente pero sobre todo reconocer nuestros límites. Estoy convencido que las mejores cosas, por lo regular, son las que nos cuesta más trabajo, tiempo y
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Vocación de servicio

En la vida nos topamos con personas que nos llenan de orgullo y ejemplo a seguir. Este es el caso de Verónica, una joven señora que labora con nosotros. Tiene muchas cualidades que quisiera compartirles, que de eso se trata ese relato, de reconocerle como una excelente compañera de trabajo y extraordinaria amiga. Su jornada empieza temprano, sin titubeos, dispuesta a realizar sus encomiendas diarias y sobre todo dar el plus que no muchos están dispuestos a ofrecer. Implacable en lo que realiza, siempre activa. Pero lo que más la distingue entre las personas, es su peculiar educación y su vocación de servicio. Son de esas personas que se cuentan con los dedos, encontrarse con una de ellas, es una verdadera bendición.  Algunas veces, aunque a Verito (como algunos así le llamamos) se la esté “llevando la chingada”, siempre tiene un “si” para ayudarte. Te enseña y te da ejemplo al mismo tiempo. Saluda al llegar y se despide al irse. Su manera de pedir las cosas, inevitablemente hace

Para que quiero coche si tengo bicicleta para rodar.

Dos ruedas, un par de pedales, un marco metálico y un volante son los elementos que en conjunto pueden hacerte vivir grandes aventuras, llevarte a lugares inimaginables, disfrutar del aire fresco, conocer nuevas personas y experimentar la libertad gracias a su autonomía. Es increible como produces alegría con tan solo hacer girar ese par de ruedas con la fuerza de tus piernas y el entusiasmo de tu corazón. Ya te podrás imaginar de que artefacto hablo, la bicicleta. La Baika, Bici, Birula, Bicla, Rila, Cicla, Burra, Nave, como quieras llamarle, es un invento que ha perdurado a través de los siglos gracias a su simpleza y a los multiples beneficios que nos ofrece. Además de medio de transporte, la bicicleta alivia muchos de los males de la humanidad como lo son el estrés, la contaminación, el sedentarismo, la obesidad entre otros. Los Expertos de la salud recomiendan usarla regularmente para el cardio , la concentración, tonificación muscular, la relajación, la buena diges

Sofí y el crayón mágico

Había una vez, una pequeña niña llamada Sofí, vivía en un mundo de grandes sueños y aventuras. Juntos a sus primos creaban bellas historias, interpretaban a su manera el mundo donde vivían. Lleno de colores y alegría llenaban la casa de la Abu Rosita. Unos más grandes que otros, pero al final siempre terminaban conviviendo en alguna mítica aventura. Un día la pequeña Sofí, encontró un pequeño crayón purpura en el patio de su Abu Rosita, era algo extraño porque justo en la cabeza de aquel color, se encontraba una bella esmeralda. Tomó el crayón y espero que llegaran sus primos para preguntar quién era el dueño. Estaba sola en el pórtico de la casa, imaginando que podría ser aquella hermosa piedra incrustada en el color purpura.  -           ¿De quién será este extraño crayón? Tiene una hermosa piedra brillante que me hace soñar despierta. ¡realmente es hermosa!. – Exclamó Sofía mientras admiraba aquel crayón. Una de las cualidades de la pequeña Sofía, es que era una niña m

Atardecer

Fuente: Arly Hace tiempo escuche a una amiga decir «viajo en busca de respuestas» y cuando regresaba la notaba diferente, llena de luz. Quizá encontraba más de una respuesta – pensaba . A decir verdad, todos tenemos nuestra manera particular e íntima de buscarlas. Para algunos funciona con la pareja, un amigo, la religión, melodías, con la comida, en el llanto, con abrazos o en mi favorito, en los atardeceres . Siempre que puedo viajo a través de las tonalidades de aquellos deslumbrantes y cálidos colores rojizos-naranja El atardecer, como muchos otros momentos, es un espectáculo totalmente gratuito, reconfortante y verdaderamente restaurador. Comienzo a sentir el aire (si es que hay) y lentamente los colores comienzan a bailar como si de un vals celestial se tratara. El astro rey hace lo suyo, se luce con un cierre majestuoso donde el canto de las aves se une a tan bella orquesta mientras que algunas nubes armonizan sobre mi efímero lienzo. En mi mente no hay nada, solo conte

No te necesito para nada

En las relaciones de pareja el egocentrismo siempre quiere tomar partido de una u otra forma. Pretendemos hacernos dueños de nuestra pareja, de su tiempo, gustos y preferencias matando lentamente su individualismo, su personalidad y su alegría por vivir. Irremediablemente se convierten en nuestras sombras. Es como si nos encontramos en nuestro camino con una hermosa flor, la anhelamos y deseamos tenerla cerca de nosotros todos los días a como dé lugar. Decidimos cortarla, la admiramos y egoístamente pensamos que la protegemos poniéndola en agua para que perdure más tiempo su belleza. Sin lugar a dudas perdurara más pero su lenta agonía, llegara el irremediable otoño artificial directo de nuestras manos y pondremos fin a su aroma, a su color. Habremos aniquilado una bella flor, convertiremos un pedacito de vida en una marchita esperanza.  Alguna vez en algún momento de nuestra existencia hemos cometido este error. Cortamos la vida o nos arrancan la nuestra y lentamente nos marchi

Sin rueditas

Unos de los placeres que tengo, aparte de admirar los atardeceres, es andar en bicicleta. Me hace sentirme libre, recrea mi mundo, me convierto en un aventurero cuando ando por nuevos lugares. Descubro lo maravilloso que es mi ciudad mientras pedaleo lentamente. Me agrada sentir el cansancio en mis piernas después de una larga ruta. Sin embargo siempre me queda la sensación que aun quiero más. Es como si fuera una forma de expresar mis sentimientos, pensamientos y algunas veces mis frustraciones. Para mi resulta una buena terapia de relajación, una honesta conversación con Dios y conmigo mismo.  Una noche mientras regresaba a casa, recordé mi primera bicicleta. Era de un color “torna azul”, así la conocí por papá, hacía referencia al color porque en ciertos ángulos donde reflejaba la luz, pareciera que cambiara de tonalidad con una especie de destellos metálicos. Simplemente hermosa como ninguna. Era una bicicleta tipo freestyle, marca Fox si no más recuerdo, con sus protector