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Mostrando entradas de enero, 2013

Abrir solo en emergencias

Todos alguna vez hemos recibido algún regalo envuelto con papel adornado con moño. La sorpresa que guarda solemos  medirla de acuerdo con nuestras expectativas. Hasta abrirlo descubriremos si lo que deseamos es una realidad. No todas las sorpresas son agradables, algunas contrastan a lo que esperábamos. Idealizamos lo que esconde íntimamente aquella caja. Nuestra imaginación fluye según nuestros deseos, anhelos y sueños. Llegado el momento de abrirlo, la emoción nos invade. Los pensamientos comienzan a llegar ¿será aquello que pedí? ¿Dios mío y si no me gusta? ¡Espero que no sea color verde! El precio de siempre esperar algo tiene su costo, traducido en otras palabras: desilusión, frustración e incluso hipocresía. Hace seis años recibí un obsequio y ayer descubrí lo que en secreto guardaba. Trato de recordar los detalles de aquel momento. Son escasas las memorias, solo tengo el vivido recuerdo de sus manos extendidas dándome una cajita envuelta en dorado y moño rojo. Su sonrisa d